El agua es esencial para el bienestar general de nuestro cuerpo y esto también incluye nuestra piel y cabello, siendo crucial la hidratación adecuada para mantenerlos en buen estado.
La piel es el órgano más grande del cuerpo y es nuestra primera línea de defensa contra el medio ambiente. Está compuesta principalmente de agua y la falta de hidratación puede hacer que la piel se vea opaca, seca y escamosa. Y es que mantenernos hidratados adecuadamente, es esencial para lograr una piel suave, elástica, flexible y también para ayudar a prevenir la aparición temprana de líneas de expresión y arrugas. En resumen, actúa como un anti-age natural y previene el envejecimiento prematuro.
El agua también juega un papel importante en la eliminación de toxinas del cuerpo, ya que la piel es un órgano excretor y ayuda a liberar toxinas y desechos a través del sudor. Si no bebemos suficiente agua, el cuerpo no puede eliminar las toxinas de manera efectiva, lo que puede llevar a que estas se acumulen en la piel y provocar brotes de acné, erupciones cutáneas, entre otros problemas a la piel.
En este contexto, es importante destacar que el uso de agua purificada, significa un plus, ya que protege a la piel sensible del daño oxidativo del cloro en el agua y podría ayudar a calmar las irritaciones.
El cabello también está compuesto principalmente de agua y la hidratación adecuada es esencial para mantener un cabello saludable, fuerte y brillante. La falta de ésta puede hacer que el cabello se vuelva opaco, quebradizo y también provocar que el cuero cabelludo esté seco y con comezón, lo que podría generar problemas al cuero cabelludo.
Destacando una vez más las ventajas del uso de agua filtrada o purificada, sus beneficios en torno al cabello se relacionan directamente con la cantidad de químicos o residuos a los que nos exponemos con el agua de la llave, por lo que al usar un agua más refinada y procesada, cumple como función disminuir la concentración de las sales de las aguas duras, que dificultan la limpieza del cabello, haciendo que pierda el brillo y también protege el cuero cabelludo, el cuál podría generar una reacción al contacto con el cloro, como picazón o irritación.
Otro factor importante a tener en cuenta es la temperatura del agua que usamos al momento de lavar la piel y el cabello, ya que el agua caliente puede generar daños al eliminar los aceites naturales que los mantienen hidratados y saludables. El agua tibia o fría resulta mucho mejor, ayudando a retener la humedad y a evitar la pérdida de estos elementos naturales.
En resumen, una buena y correcta hidratación es esencial para mantener una piel y cabello saludable, suave y brillante. Beber suficiente agua, complementar con productos humectantes y usar agua tibia o fría para lavarlos, son algunas de las formas más efectivas de prevenir la aparición de líneas arrugas y otros problemas, tanto de la piel como del cabello.
Recuerda, beber agua es una de las formas más simples y efectivas de mantener no sólo una buena salud, si no también el sentirnos bien.